La Formación y el Desarrollo del talento humano constituyen la columna
vertebral de las organizaciones, por lo que obedece en gran medida de la
motivación, intereses y necesidades, pero a su vez de los conocimientos,
habilidades y destrezas, en combinación del mantenimiento de la disciplina y
del deber. Esencialmente, el proceso involucra asumir una conciencia
psicológica, biológica, social y cultural, así como de empoderarse de los
bienes teóricos y prácticos en lo mejor posible, con la finalidad de
perfeccionar el intelecto y la voluntad. Vale destacar entonces que desarrollar
personas no es solo darles información para que aprendan nuevos conocimientos,
habilidades y destrezas, y se tornen más eficientes en lo que hacen, sino
darles información básica para que aprendan nuevas actitudes, soluciones, ideas
y conceptos que modifiquen sus hábitos y comportamientos y les permitan ser más
eficaces en lo que hacen: formar es mucho más que informar, pues representa el enriquecimiento
de la personalidad humana.
Las Necesidades
de Formación y Potencialidades de Desarrollo se deben diagnosticar a partir
de ciertos censos e investigaciones internas que sean capaces de localizarlas y
descubrirlas en la organización. Las necesidades de formación son las carencias
de preparación profesional de las personas, y cuando estas se localizan y se eliminan,
es benéfico para los empleados, para la organización y, sobre todo, para el
cliente, que debe ser una actividad continua y constante. Uno de los métodos de
diagnóstico consiste en evaluar necesidades
de formación y desarrollo a partir de la retroalimentación directa con las
personas, quienes informan clara y efectivamente que tipo de información,
habilidades o actitudes necesitan para ejecutar mejor sus actividades, así como
el empleo de nuevas tecnologías obliga a las personas a adquirir nuevas habilidades.
Otros indicadores de
necesidades de formación son aquellos eventos que pueden suceder y provocaran
necesidades futuras como por ejemplo: expansión de la empresa y admisión de
nuevos empleados, reducción del número de empleados, cambio de métodos y
procesos de trabajo, sustituciones o movimiento de personal, modernización de
los equipos y nuevas tecnologías, producción y comercialización de nuevos
productos o servicios, entre otros. Así como los problemas provocados por las
necesidades de formación no atendidas aun, como problemas de producción dados
por la baja calidad y cantidad de producción, averías frecuentes en equipos e
instalaciones, comunicaciones deficientes, accidentes de trabajo, exceso de
errores, mal aprovechamiento del espacio disponible, y problemas de personal
como relaciones deficientes entre el personal, número excesivo de quejas, mala
atención al cliente, comunicación deficiente, poco interés en el trabajo,
falta
de cooperación, errores en la ejecución de órdenes, entre otras.
Luego de diagnosticar las
necesidades de formación, se hace necesario centrar la atención en esas
necesidades mediante un Programa de Formación
integrado y cohesionado, en los cuales
se deben definir seis componentes básicos: a quien debe formarse (personas en
formación), cómo (métodos y recursos), en qué (asunto o contenido), quien
(preparador), donde (lugar de formación), cuando (época y horario de
formación), así como establecer el para que se está formando. Se planifican los
recursos didácticos, pedagógicos e instrucciones a utilizar como recursos
audiovisuales, teleconferencias, comunicaciones electrónicas, entre otros, así
como las técnicas para transmitir y divulgar información que
pueden ser conferencias o a través de la instrucción programada.
Las Estrategias aplicadas para la Formación
de Talento pueden ser por el entrenamiento en el cargo que puede incluir
conducción, rotación de cargos para comprender mejor la organización en
conjunto y asignación de proyectos especiales, o técnicas de clase donde se utilizan
la sala de clases y el instructor para desarrollar habilidades: técnicas
(programación de computadoras) o
interpersonales (liderazgo o trabajo en grupo), conocimientos y
experiencias relacionados con el cargo. Ejemplos; lecturas guiadas, trabajos en
proyectos, tutorías, rotación de funciones, asunción de tareas de asistentes,
entrenamiento a través de la simulación, instrucción asistida por el ordenador,
entre otras.
La fase final corresponde a
la Evaluación de la Formación
para
comprobar la eficacia, es decir, para verificar si la formación tuvo en cuenta
las necesidades de la organización; para la cual puede servir de base la
reacción de los participantes durante la formación como la participación de
estos, las preguntas que hacen y otras manifestaciones; el aprendizaje medido a
través de preguntas o ejercicios, así como la evaluación de los jefes en la
aplicación cotidiana de los contenidos; también a través del comportamiento
observado durante la formación y por los resultados haciendo una comparación de
los costos asociados con los beneficios producto de la formación.
La implementación de Políticas de Desarrollo de talento
humano constituye el proceso mediante el cual las organizaciones en función de
sus objetivos, proyectan y suplen sus necesidades de personal y definen los
planes y programas de gestión del talento humano, con la finalidad de integrar
la gestión y las prácticas de personal con las prioridades de la organización.
Por lo que se hace necesario que las empresas cuenten con sistemas de control
interno que le permitan evaluar constantemente si se están cumpliendo las
políticas dentro de ellas, puesto que estas brindan la orientación conceptual y
metodológica para que los servidores en todos los niveles desarrollen el
proceso de Talento Humano, en aras de garantizar la adecuada prestación de los servicios,
la incorporación de las personas a sus labores y el desarrollo de la cultura organizacional.
Finalmente, cabe acotar que
dentro del desarrollo profesional, la formación, constituye un mecanismo clave para
cualquier organización, para que esta pueda contar con personas más eficientes
y eficaces, pues se admite que la formación es el mecanismo indispensable que
dota al ser humano de valores, habilidades, destrezas, para el desenvolvimiento
en la vida y por ende, en su desempeño de las funciones inherentes a su
profesión. Por otra parte, el desarrollo del talento humano, no es solo un aspecto
técnico, sino también el desarrollo personal en elementos como la conciencia y
la voluntad que beneficien a la organización de forma global.
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